El 2021, a pesar de la pandemia, las crisis sociales y un sin número de cosas, fue un buen año, lleno de ciclos, aprendizajes, cariños, sorpresas, pero sobre todo trascendencias, lo que más destaco de las experiencias que me dejó el 2021, fue mi papel como voluntario de UNICEF, donde no solo serví, sino también aprendí, me reencontré y tuve un nuevo conocimiento de mi mismo.
El primer proyecto en el que trabajé, fue un campamento para niñas, llamado: "Enseñanza robótica para fortalecer capacidades de ciencia en igualdad". Debo admitir que una parte de mí estaba emocionado y la otra muerto de miedo, pues era mi primera vez trabajando como facilitador en un proyecto así, recibí capacitaciones donde me dijeron mi misión, la cual era que las niñas comprendieran que tenemos los mismos derechos y que las profesiones no tienen género.
Llegó el día del evento, ese día en medio de mis nervios, entendí tantas cosas y mantuve una postura segura. Esta experiencia sin duda ha sido una de las mejores que me ha tocado vivir, el ser enfermero, me puso de ejemplo para aquel grupo de niñas, que apenas comprendían que ser mujer es algo maravilloso y digno, que el papel de ellas, es tan importantes como el nuestro. En este taller adquirieron conocimientos y le hicimos saber que seguimos en una lucha constante, para promover una sociedad más justa en oportunidades.
"Sé menos curioso acerca de las personas y más curioso acerca de las ideas." Marie Curie